Tecnología de Israel podría abastecer de agua potable a África
En un mundo donde los recursos de agua dulce son cada vez más escasos, Israel, un país cuyo territorio es árido en sus dos tercios, se ha convertido en líder en el desarrollo de la tecnología necesaria para la fabricación de agua salada en agua potable.
La compañía israelí de desalinización, IDE Technologies, que opera desde hace más de 40 años, hizo muchos avances en la tecnología de la desalinización, instalando más de 400 plantas de desalinización en 40 países, incluyendo las islas del Caribe y los Estados Unidos. IDE Technologies, también ha ganado importantes contratos con Chipre, la India y Australia, y el año pasado con China.
Desde 2011, la planta desalinizadora construida por Israel en Tianjin, es la mayor y la más respetuosa del medio ambiente de China hasta la fecha. La misma, aprovecha una parte del calor emitido por residuos de una central eléctrica cercana, produciendo agua dulce y sal por separado.
Sin embargo, las plantas de desalinización en su mayor parte son extremadamente costosas para los países menos desarrollados, ya que utilizan enormes cantidades de electricidad y son sensibles a la ubicación. Pero gracias a un descubrimiento israelí reciente, el sistema de desalinización puede llegar a ser mucho más asequible en zonas como África y el Oriente Medio.
Investigadores del Instituto Zuckerberg de Investigación del Agua en la Universidad Ben Gurion del Negev y la empresa Aravá, han encontrado una manera de utilizar la energía solar, a una fracción del costo que puede ser personalizado para el proceso de desalinización, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores.
La compañía israelí de desalinización, IDE Technologies, que opera desde hace más de 40 años, hizo muchos avances en la tecnología de la desalinización, instalando más de 400 plantas de desalinización en 40 países, incluyendo las islas del Caribe y los Estados Unidos. IDE Technologies, también ha ganado importantes contratos con Chipre, la India y Australia, y el año pasado con China.
Desde 2011, la planta desalinizadora construida por Israel en Tianjin, es la mayor y la más respetuosa del medio ambiente de China hasta la fecha. La misma, aprovecha una parte del calor emitido por residuos de una central eléctrica cercana, produciendo agua dulce y sal por separado.
Sin embargo, las plantas de desalinización en su mayor parte son extremadamente costosas para los países menos desarrollados, ya que utilizan enormes cantidades de electricidad y son sensibles a la ubicación. Pero gracias a un descubrimiento israelí reciente, el sistema de desalinización puede llegar a ser mucho más asequible en zonas como África y el Oriente Medio.
Investigadores del Instituto Zuckerberg de Investigación del Agua en la Universidad Ben Gurion del Negev y la empresa Aravá, han encontrado una manera de utilizar la energía solar, a una fracción del costo que puede ser personalizado para el proceso de desalinización, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores.
Utilizar menos energía
La innovación utiliza paneles de energía solar para alimentar las bombas de unidad de desalinización que genera agua potable para los cultivos.
La innovación utiliza paneles de energía solar para alimentar las bombas de unidad de desalinización que genera agua potable para los cultivos.
Más importante aún, la tecnología utiliza membranas de nanofiltración únicas que permiten a los agricultores decidir cuál de los minerales del agua deben ser conservados para alimentar diferentes tipos de cultivos, un método que requiere mucha menos energía. El nuevo sistema está siendo probado en el valle de Aravá, al sur del Mar Muerto, donde la cuenca es muy seca. Los resultados hasta la fecha muestran que los agricultores pueden utilizar hasta un 25 por ciento menos de agua y fertilizantes de lo que por lo general ha sido necesario en esa área.
Según Andrea Ghermandi, del Instituto Zuckerberg de Investigación del Agua en la Universidad Ben-Gurion, uno de los creadores del sistema, el entorno actual está obligando a los sistemas agrícolas a ser más económicos. Ghermandi dijo que "la creciente demanda mundial de alimentos y la competencia por los recursos entre los sectores de la economía obligan a los futuros sistemas agrícolas a ser más eficientes en el uso de los recursos naturales como la tierra y el agua."
Otro investigador importante en el descubrimiento, Rami Messalem, de la misma universidad, explicó que "el avance aquí consiste en hacer el sistema más económico y hemos hecho esto utilizando hábilmente la nanofiltración. Nuestro sistema es compatible con la electricidad y se basa en la premisa de que pueda ser utilizado en los países pobres, en los lugares en los que no tienen fuente de electricidad."
Además, el sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores indicó que el nuevo sistema de desalinización ha sido posible gracias a la financiación del filántropo suizo Samuel Josefowitz.
Según Andrea Ghermandi, del Instituto Zuckerberg de Investigación del Agua en la Universidad Ben-Gurion, uno de los creadores del sistema, el entorno actual está obligando a los sistemas agrícolas a ser más económicos. Ghermandi dijo que "la creciente demanda mundial de alimentos y la competencia por los recursos entre los sectores de la economía obligan a los futuros sistemas agrícolas a ser más eficientes en el uso de los recursos naturales como la tierra y el agua."
Otro investigador importante en el descubrimiento, Rami Messalem, de la misma universidad, explicó que "el avance aquí consiste en hacer el sistema más económico y hemos hecho esto utilizando hábilmente la nanofiltración. Nuestro sistema es compatible con la electricidad y se basa en la premisa de que pueda ser utilizado en los países pobres, en los lugares en los que no tienen fuente de electricidad."
Además, el sitio web del Ministerio de Asuntos Exteriores indicó que el nuevo sistema de desalinización ha sido posible gracias a la financiación del filántropo suizo Samuel Josefowitz.
Fuente: Aurora
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