Padre nuestro que estás en los Cielos
El más pobre de los padres trata de que sus hijos no sufran, no les falte nada, y si el padre es rico, vela por sus hijos y los ayuda en proporción a su riqueza. Estar en los Cielos es una condición de perfecta dicha en todos los sentidos. Si el padre es tan dichoso, tan perfecto, tan opulento, que vive y permanece “en los cielos”, es lógico, es seguro que fuera de toda posibilidad de duda que habrá asegurado a sus hijos a prueba de adversidad! Esta es la idea contenida en las palabras “que estás en los cielos”. Tómala, medítala y ÚSALA en todas las circunstancias de tu vida. Como es la Verdad, ella te hará libre.
Al pronunciar las dos palabras PADRE NUESTRO, estarás admitiendo, confesando, y afirmando que el Padre tuyo es también el de todos. Estarás admitiendo, confesando y afirmando que todos somos hermanos. Estarás orando por el prójimo y cumpliendo con la Ley del Amor, ya que todo lo que viene después en la oración habrá sido precedido por ese requisito: ¡que los estarás pidiendo en nombre de todos nosotros tus hermanos! Dilo con esa intención y... ¡bendito seas, hermano!
El hijo siempre tiene que ser de la misma naturaleza del padre. No se concibe que un caballo pueda engendrar a una cabra, que una hormiga pueda engendrar a una abeja, que un pájaro pueda empollar a una orquídea, que un hombre pueda darle el ser a un ratón.
Si el padre es Espíritu divino con todos los dones y poderes; si vive en estado de gracia, por lo cual todo lo que desea, idea, afirma o decreta se manifiesta al instante, el hijo participa de su misma sangre, naturaleza, dones y poderes. No puede ser de otra manera. Estamos los hijos en los cielos, en estado de Gracia y todo lo que tenemos que hacer es descubrir la manera de manifestarlo. Te estoy enseñando a manifestarlo. Estás en los Cielos, si tú lo deseas, y no es que tengas que convertirte en un asceta, un mártir, un anacoreta, nada de eso. Vive en tu mundo. Te lo asignó el Padre Nuestro. Goza tu Cielo, pero recuerda darle gracias y di una vez diaria la Primera Cláusula con toda la atención e intención de que seas capaz.
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