La palabra PAN es simbólica de todo lo que podemos necesitar en este momento. Sabido es que el pan permanece fresco sólo un día. Mañana ya estará duro, sin sabor. Es por eso que la frase dice “de cada día”. Lo necesitamos hoy. El padre ha dispuesto que todo lo que vayamos necesitando, a medida que sintamos la necesidad, se nos vaya realizando. Eso todo está dispuesto ya. Es nuestro ya. La cláusula lo dice: el Pan NUESTRO... y DE CADA DÍA. Al mismo tiempo reconocemos que es NUESTRO. No sólo tuyo ni mío, sino de todos. Estamos allí mismo pidiendo que se le dé a todos y cada uno lo que le sea necesario en un momento oportuno.
No te llenes de pánico porque creas que algo se va a retardar, que las cosas no te van a alcanzar, porque temas que se acaben antes de tiempo, etc. Sólo tienes que enfrentarte a esta aparente necesidad con la frase que encabeza esta cláusula, o suavemente reclamar lo tuyo:
“PADRE, YA TÚ DISPUSISTE QUE YO TUVIERA ESTO. DESEO EN ARMONÍA PARA TODOS, BAJO LA GRACIA Y DE MANERA PERFECTA QUE SEA MANIFESTADO, GRACIAS PADRE QUE YA ME OÍSTE Y SIEMPRE ME OYES”!
La prueba de que todo nos ha sido concedido antes de pedirlo es lo siguiente: Seguramente que en el día de hoy tienes todo cubierto, ¿no es así? Todo el dinero que te es menester lo tienes para el día de hoy, ¿verdad?, pues mañana será otro “hoy”. Lo mismo la semana que viene o el mes que viene. No te preocupes, pues el Padre ha dicho: “ANTES DE QUE LLAMEN HABRÉ OÍDO, Y ANTES DE QUE TERMINEN DE HABLAR HABRÉ RESPONDIDO”
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